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miércoles, 16 de febrero de 2011

La verdadera historia del Club Bilderberg, daniel estulin


Daniel Estulín, el autor (un escritor canadiense de origen ruso, residente en España desde hace nueve años, hijo de un oficial de la KGB soviética), ha asegurado varias veces que detrás de las instituciones internacionales, de todas las organizaciones supranacionales y de los gobiernos, "un grupo de líderes políticos, financieros y empresarios gobierna el mundo".
El libro suyo contiene la investigación que realizó Estulín sobre lo que él llama "el verdadero gobierno mundial en la sombra". Estulín dice que el propósito de esta nueva secta es la creación de un "Nuevo Orden" planetario.
Para sustentar esta hipótesis, consultó innumerables fuentes y tuvo la colaboración de los compañeros de su padre y los hijos de estos, en la descomunal tarea de documentar la historia del Club Bilderberg.
El club existe realmente y fue creado por el príncipe Bernardo de Holanda en 1954. Su nombre se debe a que la primera reunión se realizó en un hotel con ese nombre, en la ciudad holandesa de Osterbeckl.
Cada año realizan una reunión, que está reseñada en la Enciclopedia Británica como "Bilderberg Conference" y se define así: "Conferencia de tres días a la que asisten cerca de 100 de los banqueros de Europa y de Norteamérica, economistas, políticos, y líderes gubernamentales más influyentes. Se realiza cada año en un país occidental diferente, en una atmósfera de rígido secreto".
Dependiendo de la óptica ideológica, el Club Bilderberg puede ser considerado:
- Un grupo internacional de cabildeo extremadamente elitista y con mucho poder para orientar la política internacional.
- Un inocente grupo de discusión en el que participan políticos, intelectuales y poderosos inversionistas.
- Una sociedad capitalista secreta que defiende sus propios intereses y que urde intrigas y maquinaciones para asegurarse la dominación del mundo.
Aunque las reuniones se realizan en medio del más estricto secreto y a ellas no tiene acceso la prensa, la paciente labor de algunos periodistas investigadores ha logrado conocer la identidad de algunos asistentes asiduos a las últimas cinco: Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial; Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos; David Rockefeller, ex responsable del Chase Manhattan Bank, Henry A. Kissinger, ex secretario de Estado de los Estados Unidos; Alan Greenspan, gobernador del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos; Rodrigo Rato, director gerente del Fondo Monetario Internacional; Jacques Chirac, presidente de Francia; el multimillonario húngaro George Soros; o la Reina Sofía de España.
Daniel Estulín le atribuye una actividad tan secreta y poderosa al Club, que incluso asegura haber recibido amenazas y un intento de asesinato en 1996, debido a la naturaleza de sus investigaciones.
La historia conocida
El Club Bilderberg, según la historia que se conoce, nació en una época en que Europa se estaba recuperando de los efectos de la Segunda Guerra Mundial, gracias a los recursos procedentes de Estados Unidos, que permitieron revivir la capacidad de consumo de la clase media francesa, holandesa, belga, alemana e italiana. El mundo estaba dividido en dos grandes sistemas, opuestos y doctrinarios.
En 1954, el príncipe Bernardo de Holanda invitó a un grupo de personajes –cuya característica en común era el dinero, el poder o la influencia en sus respectivos países, y su marcado anticomunismo– a reunirse para discutir sobre el presente y el futuro de Europa y del mundo, creando "una entidad destinada a fortalecer la unidad atlántica, a frenar el expansionismo soviético y a fomentar la cooperación y el desarrollo económico de los países del área occidental".
El monarca contó con el apoyo de la Banca Rothschild, del magnate Rockefeller y de Henry Kissinger. A partir de entonces, la cita anual nunca ha dejado de realizarse. Todas en ciudades occidentales y, en la última década, unos días antes de la reunión del Grupo de los 8 (G8), los países más desarrollados del mundo.
Según publicó la revista Playboy en febrero de 2004, el sistema de seguridad para proteger al grupo "es tan elitista y poderoso como sus miembros".
Varias revistas europeas aseguran que tiene la sede principal en la ciudad holandesa de Leiden y cuenta con un comité directivo (Steering Committee) de unos 20 miembros permanentes, encargados de cursar las invitaciones a no más de 150 personas, según los temas que se tratarán en la agenda.
A las reuniones no está permitido el acceso de la prensa, de manera que casi nunca aparecen noticias o reportajes sobre ellas, y fotos mucho menos.
En la reunión de 2003, según la crónica de Play boy mencionada arriba, se filtraron algunos temas discutidos y se habló de cierto malestar del grupo por la invasión de Irak, que dividió a Estados Unidos y Europa, contrariando así los propósitos del Club de fortalecer el vínculo transatlántico.
Las únicas referencias públicas de las reuniones son algunos comunicados de prensa que reseñan muy brevemente los temas generales. Los más frecuentes en los últimos años son la energía nuclear y la biotecnología.
Los exclusivos socios
A las reuniones sucesivas nunca han dejado de asistir los secretarios de la OTAN del momento; hasta el año antes de su muerte, Giovanni Agnelli, presidente de la Fiat; el estadounidense Steve Case, de AOL-Time Warner; y una nómina asombrosa.
De hecho, la revista The Economist aseguró en un artículo de hace tres años que los más importantes líderes gubernamentales estuvieron en una reunión del Club Bilderberg antes de llegar a sus cargos, entre ellos Bill Clinton y Tony Blair, o el ex secretario de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer.
En 2003, la cumbre del Club de Bilderberg se realizó en el Hotel Trianon Park de Versalles (Francia), y sólo aparecieron en la prensa francesa unas pocas líneas sobre el encuentro, aunque entre los invitados de ese año estaban los presidentes de France Telecom, Coca-Cola y The Wall Street Journal, el consejero de Relaciones Públicas de Tony Blair, el primer ministro de Dinamarca, funcionarios de la administración de George Bush como Richard Perle y Paul Wolfowitz, y el ex presidente francés Valery Giscard D’Estaing.
La otra historia
La leyenda rodea al Club Bilderberg desde hace muchos años, incluso hay numerosas historias sobre desgracias que han caído sobre los periodistas que se atreven a investigar las reuniones o la naturaleza verdadera de la congregación.
Un sociólogo británico llamado Mikes Piter escribió un artículo en el que asegura que, en 1976, el periodista de Financial Times, Gordon Theter, fue despedido cuando intentó publicar, sin éxito, un artículo demasiado explícito sobre la reunión de ese año.
Muchos periodistas han tejido la otra historia del Club, una atractiva maraña de conspiraciones y planes secretos.
Mateo Balín, periodista de la Agencia de Información Solidaria, un grupo de prensa de orientación izquierdista, dice que los miembros del Club Bilderberg suelen usar una "estrategia que consiste en crear tensiones en naciones cerradas cultural y religiosamente, que conducen a estados de guerra y hostilidades perpetuas que utilizan para justificar medidas de emergencia nacional en los tiempos de paz".
Es decir, que fomentan crisis y contribuyen a solucionarlas, siempre y cuando el final de esos conflictos sea plenamente controlado.
La escritora española Cristina Martín Jiménez, autora del libro "El Club Bilderberg, los amos del mundo", dice en esa obra: "Cuando por vez primera me hablaron del Club Bilderberg sentí escalofríos. Su existencia parecía más ciencia-ficción que realidad. Me propuse el reto de desvelar los secretos de ese poderoso grupo que actúa discretamente para controlar el mundo. Rápidamente contacté con un investigador que lleva años siguiéndoles la pista, cuyo nombre omitiré por su seguridad personal. Éste me dijo: ‘Bilderberg es igual que Gran Hermano, el ojo que todo ve y controla. No actúan por dinero, ya tienen muchísimo; es por poder. El objetivo real es el poder absoluto, convertir a la gente en esclavos’. A continuación me mostró un billete de un dólar americano para explicarme la simbología masónica que contiene. El ojo sobre la pirámide, las 13 ramas, 13 flechas... Debajo de la pirámide hay una frase que dice: Nuevo Orden Mundial. No sólo se intuye la mano de la Masonería, sino la del Iluminismo. Nuestra conversación terminó con su consejo de que no escribiese el libro. ‘Esa gente es muy peligrosa. Te perseguirán a ti y a tu familia. Os lo quitarán todo, os dejarán en la calle. Ningún abogado querrá defenderte. No volverás a trabajar nunca. Llamarán a todas partes y pronunciarán tu nombre para que nadie te contrate. Retirarán el libro de las librerías con una sola llamada. Voces anónimas me han amenazado con secuestrarme, incluso con matarme...’
Me llevé dos días pensando en el alcance y significado de sus palabras. Llegué a la conclusión de que los bilderbergers no iban a perder el tiempo con alguien tan insignificante como yo. Y, por supuesto, no podía permitir que fuese el miedo el que decidiera por mí. Por eso comencé a investigar".
Una de sus reuniones
Los temas de la reunión del año pasado se divulgaron especulativamente, pues, como siempre, la entrada a la prensa estaba prohibida.
Sin embargo, se dice que el tema de Irak se acabó, que la discusión tiene que ver con la alianza entre Fidel Castro y Hugo Chávez, el Tratado de Libre Comercio, China y el comercio textil. Este último mereció una intervención del presidente Jacques Chirac en estos términos: "No podemos aceptar que estos productos invadan nuestros países sin ninguna regulación", según dice una columna de Mateo Balín.
Este periodista considera que se trata de una "visión de la democracia teledirigida, que pone en práctica no sólo el Club Bilderberg, sino el Bohemia Club, la Comisión Trilateral o el Club de Roma, que aparecen como ramificaciones donde el gran poder negocia las políticas globales a la sombra de los debates públicos".
Lo único que se saca en claro de las escasas noticias publicadas sobre la reunión Bilderberg 2005, en la localidad alemana de Rottach-Egern, es que fue extraordinaria.
Para Daniel Estulín, la reunión de este año ratifica que el Club Bilderberg es responsable "del terrorismo promovido por los gobiernos, el actual control de la población a través de la manipulación y el miedo y, lo más espantoso de todo, de los proyectos futuros del Nuevo Orden Mundial".
En su libro, atribuye a los "bilderbergers" maniobras como dar carta blanca a Rusia para bombardear Chechenia y presionar a Margaret Thatcher para retirarla de la política por oponerse al euro.

A través de lo que se lee en el libro se como que entre sus planes figura establecer:
• Un solo gobierno planetario con un único mercado globalizado, con un solo ejército y una única moneda regulada por un Banco Mundial.
• Una Iglesia universal que canalizará a la gente hacia los deseos del Nuevo Orden Mundial. El resto de religiones serán destruidas.
• Unos servicios internacionales que completarán la destrucción de cualquier identidad nacional a través de su subversión desde el interior. Sólo se permitirá que florezcan los valores universales.
• El control de toda la humanidad a través de medios de manipulación mental. Este plan está descrito en el libro Technotronic Era (Era tecnotrónica) de Zbigniew Brzezinski, miembro del Club. En el Nuevo Orden Mundial no habrá clase media, sólo sirvientes y gobernantes.
• Una sociedad posindustrial de crecimiento cero», que acabará con la industrialización y la producción de energía eléctrica nuclear (excepto para las industrias de los ordenadores y servicios). Las industrias canadienses y estadounidenses que queden serán 43 exportadas a países pobres como Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua, etc., en los que existe mano de abra barata. Se hará realidad, entonces, uno de los principales objetivos del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte).
• El crecimiento cero es necesario para destruir los vestigios de prosperidad y dividir a la sociedad en propietarios y esclavos. Cuando hay prosperidad, hay progreso, lo cual hace mucho más difícil la represión.
• Cabe incluir en ello la despoblación de las grandes ciudades, según el experimento llevado a cabo en Camboya por Pol Pot. Los planes genocidas de Pot fueron diseñados en Estados Unidos por una de las instituciones hermanas de Bilderberg, el Club de Roma.
• La muerte de cuatro mil millones de personas, a las que Henry Kissinger y David Rockefeller llaman bromeando «estómagos inservibles» por medio de las guerras, el hambre y las enfermedades. Esto sucederá hacia el año 2050. «De los dos mil millones de personas restantes, 500 millones pertenecerán a las razas china y japonesa, que se salvarán gracias a su característica capacidad para obedecer a la autoridad» es lo que afirma John Coleman en su libro Conspirators’ Hierarchy: The Story of the Committee of 300. El doctor Coleman es un funcionario de inteligencia retirado que descubrió un informe encargado por el Comité de los 300 a Cyrus Vanee «sobre cómo llevar a cabo el genocidio». Según la investigación de Coleman, el informe fue titulado «Global 2000 Report», «aprobado por el presidente Cárter, en nombre gobierno de Estados Unidos y refrendado por Edwin Muskie, secretario de Estado». Según este informe, «la población de Estados Unidos se verá reducida a 100 millones hacia el año 2050».
• Crisis artificiales para mantener a la gente en un perpetuo estado de desequilibrio físico, mental y emocional. Confundirán y desmoralizarán a la población para evitar que decidan S11 propio destino, hasta el extremo de que la gente «tendrá demasiadas posibilidades de elección, lo que dará lugar a una gran apatía a escala masiva».
• Un férreo control sobre la educación con el propósito de destruirla. Una de las razones de la existencia de la UE (y la futura Unión Americana y Asiática) es el control de la educación para 44 «aborregar» a la gente. Aunque nos resulte increíble, estos esfuerzos ya están dando «buenos frutos». La juventud de hoy ignora por completo la historia, las libertades individuales y el significado del mismo concepto de libertad. Para los glo-balizadores es mucho más fácil luchar contra unos oponentes sin principios.
• El control de la política externa e interna de Estados Unidos (cosa ya conseguida a través del Gobierno de Bush), Canadá (controlada por Inglaterra) y Europa (a través de la Unión Europea).
• Una ONU más poderosa que se convierta finalmente en un Gobierno Mundial. Una de las medidas que conducirán a ello es la creación del impuesto directo sobre el «ciudadano mundial».
• La expansión del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del N arte) por todo el hemisferio occidental como preludio de la creación de una Unión Americana similar a la Unión Europea.
• Una Corte Internacional de Justicia con un solo sistema legal.
• Un estado del bienestar socialista donde se recompensará a los esclavos obedientes y se exterminará a los inconformistas.
En fin, es un libro que hay que leer con la mente fría y dispuestos a conocer elementos de la sociedad de los últimos 50 años que están ocultos a simple vista. Cuando termine trataré de compartir con mis lectores algo más que esta compilación.